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9/17/2012

Son las esmeraldas piedras malditas?

Esta idea de legendario origen no tiene, en la actualidad, gran difusión popular, ya que "la reina de las piedras preciosas" es muy admirada y deseada por su singular belleza, a tal punto que si de algo da que hablar es de lo tanto que gusta, y no de malas historias que se han ido olvidando. 

En 1.988, en Santa Teresinha de Goiás, Brasil, fué descubierto un rico yacimiento de esmeraldas. 

Era en abril, y la noticia produjo una masiva movilización de buscadores, en un 80% bahianos, que levantaron en torno de la gran excavación una ciudad de treinta mil habitantes en sólo seis meses, y que en octubre fué declarada autónoma de Santa Teresinha, constituyéndose en un nuevo municipio, con el nombre de "Campos Verdes", al hasta medio año atrás despoblado lugar. 

Recién estuve allí en julio de 1.996, y mientras recordaba aquel film "Fuego verde", con sus escenas de violencia y de codicia en torno de las esmeraldas, notaba una rara paz en Campos Verdes, que en absoluto coincidía con aquella historia cinematográfica y tampoco con lo que un colombiano me contaba hace poco sobre los peligros de su tierra en los lugares con esmeraldas. 

Pero a medida que iba charlando con gente que había vivido los años iniciales de la fiebre de las esmeraldas en Campos Verdes, me di cuenta de que la rara paz tenía su explicación. 

La realidad de aquellos verdes años había sido que los crímenes, peleas y el riesgo permanente en las calles, era la identidad de una población no nacida por algún principio de unidad, sino dividida por la codicia. 

No unidos por un fin común, sino reunidos por la finalidad individual de la prosperidad económica, muchos andaban con revólver encima y apretaban el gatillo por cualquier cosa, en especial si el alcohol y cuestiones de mujeres y cabarets  encendían la chispa. 

Pero hoy Campos Verdes ha bajado la producción de esmeraldas, es cada vez más difícil la búsqueda, hay, consecuentemente, menos dinero circulando, con lo que todo el comercio ha mermado y dos tercios de la gente de aquella pujante ciudad han emigrado. 

Casas deshabitadas se alquilan hasta en diez dólares mensuales, cuando en los dos hoteles la diaria vale cinco. 

Ya no hay cabarets y dinero en los bolsillos para cashasa y descontrol o para que alguien quiera asaltar gente por ahí; tal es la pobreza que se observa, y quien todavía  pertenece a la mínima parte de la población en una posición más desahogada, toma sus precauciones y anda armada, pero escasean los asesinatos. 

Antes había varios por día y hasta varios por hora; ahora hay quizá varios por mes, o al menos alguno, y a quienes vivieron los inicios, eso les parece poco y el ambiente les parece aceptablemente tranquilo. 

De todos modos, el "Fuego Verde" que iluminó de prosperidad a unos, quemó las vidas de otros y proyectó sobre la fama de Campos Verdes la sombra que invariablemente eclipsa las historias y recuerdos de todo lugar donde se extraen esmeraldas. 

Alicia Gallotti, en "El poder mágico de los cristales" (1.988), que fué bestseller en Estados Unidos, dice : "mucha gente siente aversión hacia las perlas o los ópalos porque cree que son piedras "gafe", pero ninguna de ellas posee un halo de tragedia como las esmeraldas. 

Analizando este curioso fenómeno mitológico asociado con accidentes, dramas, sangre y muerte, algunos investigadores históricos suponen que puede deberse a su color, ya que en los pueblos primitivos era habitual asignar al verde un poder maléfico. 

La presunta "mala suerte" del verde podría originarse en que, en épocas pasadas, para obtener tejidos de color verde las telas eran sometidas a un tinte que contenía arsénico y que, por lo tanto, pudo haber producido accidentes trágicos. 

Las leyendas que circulaban en el renacimiento eran muy numerosas respecto a este tema." 

Desde ya que si la idea sobre la supuesta negatividad del verde pudiera ser la causa del problema, se trataría de una cuestión mental y no de una acción generada por el verde en sí, cuya vibración favorece la salud, la calma, por lo que la predisposición a cometer hechos de sangre no pasaría por una cuestión energética de las esmeraldas, sino por una cuestión cultural. 

Gallotti concluye : "a fin de avalar la veracidad de sus ondas negativas, abundan los relatos trágicos sobre las esmeraldas, muchos de los cuales tienen por protagonistas a personajes conocidos, como la actriz francesa Josette Day, que se convirtió en una de las mujeres más ricas del mundo al casarse con el industrial belga Solvay y cuya pasión por las esmeraldas la llevó a la ruina, o la multimillonaria Bárbara Hutton, apasionada por las esmeraldas, cuya desdichada vida sentimental hizo estremecer a varias generaciones. 

Desde luego, la maldición de las esmeraldas tiene mucho más que ver con la superstición que con la realidad, las personas somos las únicas responsables de nuestros propios destinos". 

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